La tecnología wearable ha recorrido un largo camino desde los monitores de ritmo cardíaco y las pulseras de fitness. Ahora, combinada con el poder de la Inteligencia Artificial (IA), está desafiando los límites de lo que creíamos posible.
Recientemente, un equipo de científicos suizos y franceses logró un avance enorme en cirugía neuronal: un hombre parapléjico pudo volver a caminar gracias a la primera interfaz hombre-máquina entrenada con IA. Gert-Jan, el paciente, fue sometido a operaciones en las que se le colocaron dos implantes: uno en la médula espinal y otro que servía como interfaz entre su cerebro y un ordenador.
Este último recoge los estímulos cerebrales y los traduce en datos digitales. Luego, algoritmos de IA interpretan estos datos y los transmiten al implante de la médula espinal, que los convierte en movimiento. Al principio, Gert-Jan entrenó sus movimientos en un avatar digital antes de que el sistema se llevase a su propia médula espinal.
Aunque el sistema actual es bastante aparatoso y requiere auriculares y un portátil para decodificar las señales del cerebro, el avance en neurociencia es enorme. Este logro demuestra el poder de la IA cuando se combina con la tecnología wearable, y cómo puede transformar la vida de las personas con discapacidades físicas.
El siguiente paso es difundir esta tecnología a más pacientes y llevar esta movilidad a las extremidades superiores para ser útil también a personas tetrapléjicas. La compañía neerlandesa Onward Medical ha logrado ya apoyo de la Comisión Europea para desarrollar una versión comercial de este interfaz digital.
Este avance también tiene el potencial de ayudar a las personas que han sufrido parálisis a causa de un ataque cerebrovascular. Sin embargo, una condición para que pueda aplicarse es que el paciente tenga al menos seis centímetros de su médula espinal intactos.
Los investigadores estiman que pasarán unos cinco años antes de que esta tecnología pueda extenderse a todos, pero mientras tanto, el proyecto seguirá adquiriendo muchos conocimientos
Este logro demuestra cómo la combinación de IA y tecnología wearable puede abrir nuevas vías para mejorar la calidad de vida. Mientras los wearables sigan evolucionando, veremos cada vez más ejemplos de cómo estas tecnologías pueden cambiar nuestras vidas de formas que nunca antes habíamos imaginado.
